TEXTO PARA COMENTARIO. 2º BACH. NÚMERO 4
Nadie diría que este joven que maneja con destreza un iPad
fue un polizón precoz. Pocos se creerían que a su corta edad ya haya sorteado la seguridad de varios
puertos internacionales. Y muchos menos apostarían por que haya conseguido
regresar a salvo a su país de
origen, Etiopía. Ahora lo hace, además, en vuelos sin escala y con un negocio
bajo el brazo. Porque Benyam Bouyalew no solo alcanzó el sueño de pisar el
Viejo Continente, también se ha forjado un incipiente porvenir con la
exportación mundial de vino y de material para la construcción.
Cada cosa, eso sí, a su debido
tiempo porque, para llegar a esto, tuvo
que superar una larga odisea. Un éxodo que empieza a 400 kilómetros de
Addis Abeba, la capital etíope. En su pueblo, este hijo de comerciantes
gozaba de ciertas comodidades hasta que
murió su padre. Entonces pasó de vivir holgadamente a contraer, dice, “una
deuda del copón”. Eso le empujó a convertirse en un niño-hombre y a escapar.
Una tarea ardua que se agrava si,
encima, tienes 13 años. Porque requiere cruzar fronteras, eludir las
vigilancias y, sobre todo, saber esperar. A él le costó dos años. Otros empeñan décadas. “Perdí mi
infancia esperando el barco donde huir”, relata. A punto de cumplir los 16, en
mayo de 2003, lo superó. Tuvo que pasar por Malasia, Indonesia, Hong Kong e
Israel sin éxito hasta que se
escondió en un carguero y se apeó en una dársena de Valencia. Al salir del
puerto pidió socorro a un grupo de prostitutas africanas. Una de ellas lo llevó
a su casa y luego a Cáritas, donde lo
derivaron para su tutela. “Al llegar me sorprendí un poco: yo creía que los negros venían a Europa para hacerse ricos, no a
prostituirse”, lamenta.
Al año ya tenía el graduado, un
curso de electricidad y la fluidez verbal suficiente. Pasó por la construcción,
pero terminó siguiendo los pasos paternos y convirtiéndose en vendedor. Primero puerta a puerta y luego a gran
escala: el dueño de una bodega de Requena lo apadrinó y ahora exporta vino
ecológico a su país. Por eso, en perspectiva, se siente privilegiado. Más
aún si se compara con la dramática situación de los jóvenes en nuestro país por
culpa del desempleo. “Es el momento de irse allí. La gente está
prosperando”. “Mis amigos van mejor vestidos que yo”, explica entre
risas, “y cuando voy parece que vengo del campo”.
-Análisis morfológico de los términos marcados en negrita.
-Análisis sintáctico de las oraciones subrayadas.
-Comentario de texto.